Y un día se han encontrado, el sol y la luna
Él en su puesto, orgulloso y radiante, ojeaba el ambiente
Ella en movimiento, tímida y misteriosa, se acercó, en el poniente
Se miraron como dos bichos extraños, de especies diferentes.
Y así empezaron un baile fascinante, aturdiendo el firmamento
Cambiaron vistazos y fulgores, matizes y luces,
En lo que se podría llamar un fenómeno de desaceleración del tiempo
De tal modo que hasta los planetas cesaron su movimiento
Y las estrellas y cometas han pedido permisión, por um momento,
Solo para verlos.
Y ya que el tiempo es una invención humana (lo sabemos)
Este baile puede haber durado un día o una noche o una eternidad
Hasta que de golpe, el efímero instante ya no era más
Y, lánguidos, los cuerpos de la Vía Láctea volvieron a la normalidad.
La volátil y oscura luna ha tomado, en la niebla, su camino
Y el poderoso sol, en su soledad, se puso a buscarla
Y aunque un mundo de distancia, con todos sus océanos, los separaba
Uno sabe cuándo no puede escapar a su destino...
Y así, sol y luna, en cada eclipse se encontraban
Por lo que podría ser un día, una noche o una eternidad
Para cumplir el amor que a sus cuerpos celestes ataba
Y bailar su mágico tango de luz, sombras y complicidad.
Poesía: Glória Paiva.